El capitan salió a comer y los marineros tomaron el barco - Charles Bukowski
En "El capitán salió a comer y los marineros tomaron el barco", una
metáfora del lamentable estado de la nave que nos lleva, Bukowski es más
que nunca un filósofo. El libro es un diario de los últimos meses de su
vida, cuajado de reflexiones hechas desde la cima de su experiencia.
Todo ha cambiado para seguir igual; Bukowski
vive
en una casa cómoda, con piscina y jacuzzi y un buen coche en el garaje,
pero la desesperación es la misma: «No sé lo que le pasará a otra
gente, pero yo, cuando me agacho para ponerme los zapatos por la mañana,
pienso: Ah, Dios mío, ¿y ahora qué?. Estoy jodido por la vida, no nos
entendemos. Tengo que darle bocados pequeños, no engullirla toda. Es
como tragar cubos de mierda. Nunca me sorprende que los manicomios y las
cárceles estén llenos, y que las calles estén llenas...» Charles
Bukowski conocía el único secreto que merece ser conocido: que lo único
que importa es que nada tiene importancia. Puede que eso,
paradójicamente o no, contribuyera a convertirlo en uno de los
escritores norteamericanos más leídos del mundo entero, y en uno de los
maestros literarios indiscutibles del siglo XX.
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