Memorias de un amigo imaginario - Matthew Dicks

Budo no es un niño corriente. Es curioso, inteligente, valiente y divertido; le encanta ir al colegio con Max, escuchar las lecciones de la señorita Gosk y descubrir nuevos lugares en los que investigar. Pero Budo también es capaz de atravesar paredes, estar enfrente de una multitud de personas y ser completamente imperceptible, e incluso permanecer vivo sin haber comido ni bebido en toda su vida. Y es que, como ya se ha dicho, Budo no es un niño corriente: es un amigo imaginario, surgido de la mente de Max.
Como todos los amigos imaginarios del mundo, Budo estará en la tierra siempre que Max siga creyendo en él; por eso mismo, sabe que su tiempo se está agotando, pues tarde o tembrano Max crecerá, se olvidará de él y entonces desaparecerá, como tantos otros antes que él. Hasta entonces, lo único que puede hacer es permanecer a su lado, ayudar a Max a comprender la realidad, que tan complicada le resulta a veces, y buscar la manera de existir para siempre. Sin embargo, el orden de sus prioridades cambia radicalmente cuando Max se encuentra en peligro y comprende que él es el único que puede salvarle.


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