Escribí Las venas para difundir ideas ajenas y experiencias propias que
quizás ayuden un poquito, en su realista medida, a despejar los
interrogantes que nos persiguen desde siempre: ¿es América Latina una
región del mundo condenada a la humillación y a la pobreza? ¿Condenada
por quién? ¿Culpa de Dios, culpa de la naturaleza? ¿No será la desgracia
un producto de la historia, hecha por los hombres y que por los hombres
puede, por lo tanto, ser deshecha?
Este libro fue escrito con la intención de divulgar ciertos hechos que
la historia oficial, historia contada por los vencedores, esconde o
miente. Sé que pudo resultar sacrílego que este manual de divulgación
hable de economía política en el estilo de una novela de amor o de
piratas.
Creo que no hay vanidad en la alegría de comprobar, al cabo del tiempo, que Las venas no ha sido un libro mudo.
EDUARDO GALEANO
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